Una de las preguntas más comunes entre quienes desean realizarse una expansión en las orejas es si puede llegar a cerrarse eventualmente. Como ya lo podrás suponer, esto depende de varios factores como el tamaño, el tiempo y la capacidad de cicatrización de cada persona, pero aun así hay varias opciones.

Cerrar una expansión gradualmente

Esta es una de las opciones más recomendadas y además muy simple. Consiste en utilizar un dilatador cada vez más pequeño por semana, de manera que la piel vaya reduciendo su tamaño progresivamente para poder ajustarse, aunque en algunos casos puede tomar unos días más.

Al final de este proceso, deberías poder utilizar el dilatador más pequeño, que es el 17 (1,14 mm). De ahí en adelante tendrás que estimular la piel a diario para que cicatrice, sea con aceite de vitamina E o cremas restauradoras.

Reconstrucción del lóbulo

Otra de las alternativas para cerrar una expansión consiste en un procedimiento de tipo quirúrgico. En algunos casos se toman puntos en el lóbulo como si fuera una herida normal para ayudar a que la piel cierre, pero en otros casos se realiza una pequeña incisión en la piel para conectarla con la otra pared.

Este tipo de procedimientos es ambulatorio y no es para nada doloroso, además de que casi nunca hay complicaciones severas, salvo uno que otro caso donde se han reportado infecciones por descuido. Si el paciente cuida la cicatrización y no la expone  al sol, los resultados pueden ser muy satisfactorios e incluso muchas veces las cicatriz resultante es prácticamente imperceptible.