Aunque parezca sencillo, por más que una persona domine los trazos y sea experto en crear diseños, trasladar estas habilidades a la piel es más complejo de lo que se piensa, ya que el procedimiento involucra agujas y la penetración de la piel.
A través del tiempo las máquinas para tatuar han sido parte de la modernización, sobre todo a partir de 1891, cuando Samuel O´Reilly modificara la primera versión inventada por Thomas Alva Edison. Desde este tiempo se han diseñado varios prototipos, con distintas funciones para dar terminados diferentes a los diseños. Dentro de estas podemos encontrar las que sirven para