Aunque parezca sencillo, por más que una persona domine los trazos y sea experto en crear diseños, trasladar estas habilidades a la piel es más complejo de lo que se piensa, ya que el procedimiento involucra agujas y la penetración de la piel.

Es necesario que la persona a cargo de un tatuaje sea cuidadosa en cada una de las partes, como por ejemplo en su principal herramienta de trabajo, su máquina para tatuar. Existen gran variedad de estas y normalmente se diferencian por el terminado que ofrece cada una de ellas. Pero existen especialmente dos máquinas de tatuajes muy diferentes entre sí, la casera y la profesional.

Difícilmente una persona que utiliza maquinas caseras se le puede denominar profesional. Y aunque en ocasiones pueda ser sencillo crear una máquina de este tipo, los riesgos pueden ser mayores.

Maquinas caseras vs métodos profesionales

Las complicaciones más comunes al momento de hacer los tatuajes son las infecciones que pueden provocarse en gran parte por una máquina de tatuar casera. Otra complicación es que un lugar en donde tengan maquinas caceras para tatuar no será un sitio que las autoridades de la salud hayan aprobado para hacer esta práctica.

Para que un lugar sea habilitado y tenga el permiso para ofrecer los servicios de tatuajes es necesario que cuente con profesionales cualificados y que los instrumentos, como las máquinas para tatuar, así como los productos, sean de buena calidad. Con esto se estaría evitando en gran parte el riesgo de contagios como el VIH, la hepatitis o el tétanos.

Al fabricar una maquina casera se está expuesto a que los elementos de esta se contaminen en el proceso y por lo tanto se pueda transmitir con mayor facilidad algún tipo e infección.